Drago Yurac (1996). Escritor*, librera, editora. Psicólogo y licenciado en Estética PUC. Ha publicado diversas escrituras sobre filosofía, estética, arte, psicología, literatura y géneros híbridos. Participa en el Seminario de Investigación Multidisciplinar en Sueños (SIMS), donde profundiza en el estudio y escritura de los sueños. Actualmente trabaja en la librería Nueva Altamira y también realiza acompañamiento terapéutico personalizado.
Poesía (traducción):
- Un millón de sonidos escapan de mis ojos, Lydia Tomkiw (Fonema, 2018; 2021). Traducción.
- Actos de amor, Penny Rimbaud & Gee Vaucher (Fonema, 2021). Traducción.
- Pedro Montealegre (Chile)
- Florencia Smith (Chile)
- Camila Blavi (Chile)
- Leonor Olmos (Chile)
- Manuel Boher (Chile)
Drago Yurac
(De El Tao de la lengua, inédito)
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te quedaste varada
con las uñas mordidas sin cuero
dijiste quiébrame hasta el deshilache
como un yogui en el sarcófago
te recuerdo atleta del karma
con mala marea jugaste a lunas por mil
en el clímax de toda voz, de toda estadía
amaste el naufragio para volver
brillante, llena de sal, a nuevas moradas
18
fui robado de chico y de grande me robé
hasta quedar vacía una pura poza
que reflejó el centro desconocido del mundo
hacia ti encaminado vivía
nunca escribí mi nombre completo
hacia allá fui sin religiones al más puro pacto
con la mano tendida en el aire
la respuesta que los oídos bloquearon la dejé
evaporarse para devolverme la voz
31
arranqué la hoja donde nací
con el tao roto entre las piernas
de un pelaje olvidadizo
llena de ruina arranqué
con la arritmia en el pecho sin modular
aprendí a ronronear en los rincones
por la tierra arácnida usurpada quedé sin tela
dando a entender que abrocharse los cordones
es una tarea permanente de la vida
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si atravesar la corriente quebrara
los imanes cada polo que atara una guerra
invisible, impropia, tan gastada por un ser vivo
si en esta sinceridad darlo todo un oficio de joyería
que derrama magnetismo
si tal quebrada dejara caer sus piedras dejara
de ser accidente, si cada grieta atrajera hacia sí
la gravedad que ha impuesto al mundo por fin
descansan los huesos abandonan su dolor y su lujo
32
recuperaste el temor
de ir a tientas con la mancha
sin nombrar a las que extrañaste en vano
brotaste apenas del tallo una suerte
en el intento de torcer la tierra
hubo cartas con destinatarios ausentes
por fecha de vencimiento en la mirada gacha
sostuviste en un cielo que abiertamente
y atrozmente dejó caer su hoja
9
después del sol olvida
la estela que cabía en tu mano el disparo
de luz que trazó un plan oculto
en los huesos la historia
nunca contada
desde los márgenes intenta
desprenderse de los rayos que absorben
cada indicio, cada inocente detalle
cómo quema lo que creímos tan sagrado
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por una vez pide tu escena
confabula un trance a diario
escribe un pequeño tratado salvaje
sé amorosa una vez
hasta quitarle el sueño al que duerme
sé una vez la teoría de un libro de una historia
de cabos sueltos para caer de la hoja
dejar el papel roído solamente su desazón
tierna como va punto por punto deshaciéndose
30
las letras aún las cartas aún los años aún
nos miran en su peso catártico se derriten
al compás de una dedicatoria
por fin aquí la osamenta
tan nocturna se desliga de una noche
aún quieren grietas su mordida
las letras aún nacen sus dendritas aún más ramas
quitan cielo tiñen lo blanco con nervadura selvática
por fin dejaremos las ruinas por sus ritos de paso
34
reposa en el vientre la nacida
se hace antigua su fragilidad
para dar con la nota justa
insiste adentro la fecha
y la misma hora que la hizo callar
la palabra precaria nos redime
de precisar acusar recibo dar cuenta de una
verdad que quepa en la yema del dedo de una
que nombre cuánto sostuviste cuánto tu ausencia
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