Victoria Ramírez Mansilla

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Victoria Ramírez Mansilla (Santiago, 1991) En 2016 obtuvo el Premio Roberto Bolaño de poesía y realizó el cortometraje documental «Todos los ríos dan a la mar» sobre la artista Cecilia Vicuña. En 2017 ganó los Juegos Literarios Gabriela Mistral y en 2018 obtuvo mención honrosa en el mismo certamen. El 2018 fue becaria del Fondo del Libro y la Lectura y publicó el fanzine “Alud” con Microeditorial Amistad. Actualmente prepara su primer libro de poemas con la editorial chilena Overol.

– Alud (Fanzine, editorial Amistad, 2018)

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Victoria Ramírez Mansilla

 

 

ENJAMBRE

los noticieros dicen que se acaban las abejas
que a medida que flamean
dejan un rastro de cardos muertos

ahora el verano escoge otros insectos
el sur es el nuevo centro
el desierto nevado trae flores pálidas
para champús y jabones aromáticos

es cierto que las abejas van a desaparecer
la reina y los zánganos serán salvados
deberán diluirse las avispas en vinagre

pronto la noticia llegará a otras colmenas
las abejas usarán su lanceta para delinear
cruces en la frente de los turistas

ya no hay flores donde hubo alguna vez
es muy caro mantener plantas poco productivas
las colmenas son un lujo
aunque mi hermana insista en dejar agua con azúcar
en el marco de las ventanas

en hueyusca se estilaba un señuelo
la única de cada clan protegida por los zánganos
se movía y con ella la sombra en un tumulto
una mancha de petróleo sobre papel

si la reina va al cajón se dispersa el enjambre
las herederas se dividen y simulan ser un páramo
son felices por una temporada
hasta que un día alguien mete una varilla en el panal.
 
 
PARENTESCO

a esta edad me preguntan
si deseo tener hijos
temo pensar que nadie sabe
cómo ser un buen pariente

sueño a veces con un niño sofocado
lo he olvidado en una camioneta
cuarenta grados y las puertas son ladrillos

otras veces es un trozo de carne
que deshielo paciente bajo el agua

en mis sueños no puede decir sí
al pasar los días nuestra afinidad crece
y cada noche devuelvo la habilidad
de escurrir agua por los ojos.
 
 
CARDINALES

la última foto de mis padres juntos
parque nacional y fiebre de verano
casi selva en medio del desierto

mis piernas rojas y esquivas
intentan pose de hermana mayor

el guía describe el microclima
como un fenómeno excepcional
la temperatura es una burbuja
y el sol una criatura que adormece

en la foto ellos se esquinan
apenas se mueven con el viento
son espléndidos puntos cardinales.
 
 
JAURÍA

esta historia se borra en almuerzos familiares
mi abuelo atraviesa decenas de kilómetros
consigue la medicina del primogénito
y se la suministra a otro niño por error

siento curiosidad por la radiografía de un pulmón
adornado de nebulosas racimos de hortensias
cianotipias escudriñando el órgano

tras la muerte mi abuelo dejó el molino
en el delirio de la fiebre vio una guarida
un zorro besado por otros idénticos
en cada lengua una jauría
de ojos como pirámides brillantes.
 
 
MAL DE OJO

no se saben las causas exactas
pero el cuerpo se deteriora rápido
dedos índices dejan de ser propios
sacos de trigo saben a fardo
bosques tupidos aparecen en la llanura
noches marcadas con tiza en que los bueyes
pesan lo mismo que las garzas
y los niños aparecen o se esfuman
mientras vecinos ven en el flujo del río
los signos de un carnero que deambula
con la punta de los cuernos como un faro
y los dorsos se les llenan de mordiscos
pústulas caen de las sienes a la espalda

más tarde surte efecto el malestar
se concreta la venta del terreno
se bendice el plano de las casas.
 
 
CLAVOS

veo a mi madre martillar con amargura
un clavo hundido en la madera
su frente arrugada por el sol
su voz delgada abriéndose
estira las palabras sobre la mesa

tú eres el clavo oxidado
y por dentro estás apenas
colgando de la muralla
puedes caer en la acequia
y una franja húmeda de sangre
te partirá en girasoles.
 
 
CINE  

luces bajas y escaleras de lava negra
me toman la mano y es una mano áspera
casi todas las manos de mujer son suaves

el deseo se me presenta como una cuenca
acomodo las palmas y ellas se adaptan
a las cosas que sospecho amar

me dejo llevar por el cordel
apenas logro concentrarme en la historia
mi pecho es un instrumento de viento
demasiado distante

quiero decir que admiro la manera
en que el cuello sostiene su cabeza

quiero decir que entiendo
la entrega de la fracción
de la fracción de la fracción.
 
 
MAGNOLIOS

la mitad de los quemados de la posta central
se han quemado a sí mismos
con bencina o con alcohol
se han fosforeado
desde la ventana que da hacia portugal
se pueden ver los magnolios
allá adentro las vendas resplandecen
como lámparas de sal

me pregunto a dónde va
la otra mitad de los quemados
si acaso comentan el origen del fuego
o esas mujeres que fueron bellas
se tocan la cara y piensan en sus maridos
y si se sientan en torno a una hoguera
abrazadas como una tribu volcánica
les sienta bien el alivio de la sobrevivencia

para ellas las llamas han suturado las costuras
y caminan como santas averiadas
con los pétalos oscurecidos
para que las reciban en el cielo

si todos pudiéramos revertirnos
volver visibles nuestras grietas
correría el agua a través de nosotros
nuestras hendiduras impedirían mentir

entonces si me afirman que la mitad
de los quemados de la posta central
son un porcentaje a lo bonzo
puedo mirar sus magulladuras
desear sentirlas como se supone que se sienten
sulfurarme como se supone que debo sulfurarme
observar los magnolios y fumarme las colillas
juntar los encendedores que dejan en mi casa
como trofeos o estatuas milenarias
rendir en cada chispazo homenajes modestos
tener altares como ofrendas colgando de las paredes
oír con tristeza los anuncios de la radio
los pequeños incendios propagándose
besarme con chicos que echan de menos a otros chicos
todo eso un alivio tierno
porque así son todos los alivios

mirar por la ventana y ver a los magnolios
saber que ya es época de magnolios
que hay justicia en que una flor salga de un árbol
que los árboles dan flores y semillas al mismo tiempo
todo eso pensando en la sala de los quemados
en esa blancura triste como astillas de cuarzo
estalactitas en mi espina dorsal
y la mitad de los quemados por voluntad propia

 
 
 

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