Catherina Campillay

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Catherina Campillay (Viña del Mar, 1994) Egresada de Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile. Ha publicado los fanzines “objetos descontinuados” (2017) y “horario de visitas” (2018) con Microeditorial Amistad. Fue becaria del taller de la Fundación Neruda el 2017 y obtuvo la beca de creación del Fondo del Libro y la Lectura el 2018. Recibió una mención honrosa en el Premio Roberto Bolaño el mismo año. Recientemente fue antologada en “Maraña. Panorama de poesía joven” (Editorial Alquimia, 2019). Participa actualmente del colectivo de escritura y traducción Frank Ocean.

– Fanzine objetos descontinuados (Microeditorial Amistad, 2017)
– Fanzine horario de visitas (Microeditorial Amistad, 2018)

– Antología Maraña. Panorama de poesía joven (Editorial Alquimia, 2019)
– Antología Entrada en materia: 17 poetas jóvenes chilenos (Altazor, 2014)

– Maximiliano Díaz (Chile)
– Analaura Núñez (Chile)
– Valentina Paillaleve (Chile)
– Manuel Boher (Chile)
– Mariana Camelio (Chile)
– Victoria Ramírez (Chile)

 
 

Catherina Campillay

 
 

esta casa es demasiado parecida
a la siguiente

miedo a tocar otro timbre
a que el espejo de la entrada
no me enfoque
a oscuras en una casa vecina
donde cae la maldición de la estadística
            un caso cada cinco millones de habitantes
            algo que le pasó a la prima
            de una compañera de curso

            el cero coma cero uno por ciento
            puede caer muy cerca

de arriba de un edificio los niños escupen
esperan que las probabilidades
les sigan el juego

alguien toca el timbre
con marcas en la piel
producto de un relámpago
del que fue sobreviviente

 
 

mal de ojo

qué hiciste
que ahora tienes que tantear
con las manos cualquier terreno

quién miró a tu madre
con tanta fuerza
que dejó en tu muslo izquierdo
una marca de nacimiento
            una vez dijiste
            tenía forma de candado
            y que en alguna parte
            podría encontrar la llave

dices no hice nada
aunque sea incompatible
pensar en los pecados de otros
y en su efecto sobre una nube
que se deposita dentro de tu ojo
                     te aleja de aquello
                     que más buscabas la luz

aunque dices que su ausencia no es negra
sino gris más parecido al gris
ya no cuentas con aquella fuerza
que incluso algunos animales parecieran tener
cuando te miran fijo
al acechar detrás de un arbusto tus pies

 
*
 

las grietas aparecen luego
pequeñas incisiones de navajas sin filo
sobre una superficie como sábana
vidrio de ventana
telón desplegado
donde pensabas proyectar
videos de tus primeros cumpleaños
esos que no recuerdas

 
 

ritual contra los incendios forestales

hay ríos que desembocan en peladeros
libros ilustrados enciclopedias
acumulan polvo
otro cerro que siempre estaba en llamas
pero de este lado las fortalezas
evitan la multiplicación de pinos

a veces los ríos desembocan en peladeros
nos lavamos los pies
esperamos que la arcilla se endurezca
debajo de las uñas
entre dos lomas hay una palma
que no sabe dar miel
se quemó todo alrededor de los caminos
árboles se partieron por la mitad
el carbón no sirve para comer

con basuritas armamos torres de alta tensión
para iluminar la punta del cerro
este juego termina cuando una avenida
ya no parece la misma
y encuentras un cuaderno
donde anotabas los días entre incendios

 
*
 

accidentes en las esquinas
veo perros de reojo
—corren a la velocidad de esta micro—

eres de los que llevan su propia correa en el hocico
se llenan las esquinas
monedas buscan entre los fierros
o alguna prenda abandonada

dices las garrapatas se fueron en invierno
las echo de menos
miento al decir yo igual

 
*
 

se secan los tréboles
de cuatro hojas que te regalé
y te sobas todos los golpes en el codo
nada puedo hacer
para que esta constelación
se ponga de tu lado
ni aunque dejaras de cepillarte el pelo de noche
y llamaras a los que andan caminando
dejarlos entrar a tu casa a comer

            puedo ir detrás tuyo y tomar agua
            desde los vasos que usaste
            para encontrar en sus manchas
            la forma de tu huida

en la esquina se forman remolinos
tú sabes bien qué dicen de eso

 
*
 

cuando prenden los regadores automáticos
encuentras el camino que te trajo
dibujado en una boleta
cuya tinta desapareció hace años

hago amarres     trabajos     limpiezas
te leería la suerte
con fósforos que se acumulan
al costado del cálefont

sus cabezas negras dicen algo
sobre el origen
del agua caliente

si se apaga la llama piloto
aprenderás lengua de señas
para las despedidas de mañana

 
 

sobre el futuro de las carreteras

no has visto la mañana por eso sabes
algo no aparece en radiografías
va avanzando por alguna parte
le tienes nombre pero callas

y de esos caminos quedarán
vías terrestres
ruinas de esto
vitrina de venas plastificadas

nos vamos       se quedan los niños
buscan los parabrisas      
tiran piedras desde las pasarelas
risas      evidencia de que saben
ellos se quedan
vamos en retirada

 
 

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