Florencia Smiths

Etiquetas:    


BiografíaPublicacionesAutores Recomendados

Florencia Smiths (Chile,1976). Profesora de Castellano y Licenciada en Educación (UPLA). Ha participado de diversos encuentros y lecturas, algunos de ellos: Poquita Fé (2004), Descentralización poética (2008), Chile-Poesía (2003, 2008), Conrímel (2010), Festival de poesía A cielo abierto (2016), Festival PM III (2018). Además, ha realizado lecturas en Berlín y Paraguay (2013).

-El margen del cuerpo (2008)
-La ciudad No (Economías de guerra, 2009)
-La velocidad de la caída (Ediciones Inubicalistas, 2015)
-Estética del tajo (Libros del Pez espiral, 2017)
-Estudios sobre la distancia (Libros del Pez espiral, 2018)

-Nina Avellaneda (Chile)
-Emiliana Pereira Zalazar (Chile)
-Pablo Suazo Arancibia (Chile)
-Matías Ávalos (Argentina)
-Iris Kiya (Bolivia)
-Milenka Torrico (Bolivia)
 

Florencia Smiths

 

 

Amarme en resistencia

siempre a la contra de mí misma
buscándome y necesitando encontrarme con
urgencia y a pesar de mi cuerpo
el cuerpo que se toca
se contrae
en nombre de otro
en nombre de otro es mucho más simple
efectuar el rasgo del placer
tocar
hundirse en nombre de uno que existe
sólo a través de su falta
o de su desaparición

pero tocarse
abrirse en nombre de una misma
enfrentando el quiebre tras la propia mano
haciendo fuerza por quedarse
porque la mano quiere permanecer rasgando
alterando el ritmo del cuerpo
encima y adentro se fisura en la resistencia
se dobla en mitades que no conocía
se levanta
cuerpo adentro se levanta
tras la zona del desgarro

conmigo y con ella que somos la misma
a veces nos encontramos con preguntas que persisten
el cuerpo tejido pregunta cuando menos se escucha
y el contorno de una de nosotras se marca más
que el de las niñas que solo saben
gritar un nombre contemplado a la distancia
como si fuera un espejo que se borra

crezco en la resistencia y me expando
en la mano que me agita
querría con esa misma mano dibujar el deseo
que espanta a mis dobles
que amanece antes que yo, agitándose
entre paredes de sábanas que no
graban el sueño

a la contra me sé todos los nombres que me pusiste
encima como una venda
o que escribiste bajo mis piernas cuando
no supiste nombrarme sino junto a todas las otras
que soy

a la contra en contra de mí
descontrolada por esta mano que igual
cuenta y escarba
la que de pronto se concentra en cartas o estudios
textos que se cierran contrayéndose en la emboscada

amarse a pedazos y sin forzar la búsqueda
tras los huesos no es un destino
las cuentas que mantengo con este enjambre
no se disipan
hay el mero ejercicio de arder
a través de la palabra o el rasgueo

pero yo,
yo te contaría el deseo de memoria
y como si no lo supiera me acercaría a tu oído fino
a deletrear mi deseo deformado
mi deseo forjado por esta cultura que detesto
mi deseo tan abismante al borde de mis carnes
y mis gestos
este deseo de lengua madre
a la contra denegado
tantas veces objetado
en la imposibilidad de no verse en sus ritos
se aproxima músculo adentro
fracturado al simple goce
jactándose de una complejidad salvaje

quiero verme prender y resistir a la
infección que como el amor
se propaga a través de mi saliva
porque tanto de contagio se ha enfermado
esta boca mendiga
y por tan poco arder
no ha permanecido intacta

gasta mi cuerpo
viola este rostro que ves
cuando liquidados los esqueletos
se golpean combatiéndose en su individualidad
alejándose de la persona que allí convive

¿por qué nos cambia el goce?
¿cuántas podemos ser al incendiarnos?
elige el cuerpo que tengo para ser
disfrazado cuando sea el momento
de cambiarme por ti, de ser esa otra de mí
la otra que se sabe para ti y que nunca más
será contra nadie

bautízame nómbrame pregúntame quién soy
y por qué he llegado hasta este intervalo sombrío
me faltas tanto en el cuerpo que siento
al vacío vibrar desde mi estómago
quebrar la columna
arder en el cuello inconsistente
hasta cortar la atmósfera

me afirmo hurgándote
te encuentro hurgándome
ven a bañarme con tus halagos de padre
ya estoy toda ofrecida en mi objeto
soy mi objeto
tómame y presiente lo que viene
sácame del fondo
tantas contra mí me han alejado de mí
arrójate acércate
encuéntrame si no estoy
reúnete conmigo en mi nombre
por si no he venido

(Inédito, 2013)

 

*

El registro se avecina y cambia al cuerpo
en su calidad de bosquejo
una cárcel aniquilada por breves pasajes
de realidad y desafío
en las noches sucumbe
la caridad que me reparto
y una pronta y vacía estancia en blanco
sería lo único deseable en tal avería de huesos
cabeza disociada que no avanza
fisura de materiales que intentan levantar
una biografía en la nefasta labor que seduce
¿acaso puede un cuerpo entrar en labor alguna
cuando asoma la abúlica parca?
¿acaso este registro seguro es lo único habido
y capaz de dar cuenta del saldo amargo
o de la ironía que es venir a instalarse en el poema
así como encaja sordamente la carne en el plato?

nos dijeron que podríamos ser lo que quisiéramos
que bastaba el sacrificio
como si el esfuerzo
de permanecer vivos no contara
como si pudiésemos haber elegido el registro
entre menudas opciones
y evitar este momento de caída crítica
no fuera parte de la resistencia y su estilo
porque aún no queremos
y cuesta
nos piden imperativamente conservar
el trabajo y olvidarnos de la infancia
del gesto sordo y borroso de nuestro padre
dejar de lado la porfía de la renuncia y sobre todo
abandonar ese ejercicio del odio
pero con qué cara nos piden quedarnos
por qué insisten en el empeño de exponer
la mortaja de nuestro lenguaje
¿acaso no ven que jamás se pudo elegir
llegar a parte segura?
¿acaso no saben que nuestros cuerpos
nunca quisieron calificar en su enfermedad?
pero retorna constantemente
la manía de la redacción
algo tienen nuestras manos que aunque débiles
persisten en su mecánica
algo pasa con nuestros ojos que siguen viendo
lo que de adentro se oculta
algo con nuestro cuello tenso que se amolda
al rasgo de su incomodidad
–acrecentándose al gesto de su posible quiebre–
y entonces volvemos a preguntar
como si realmente hubiese elección alguna
hasta cuándo con esta débil destreza de crecer

(De Estudios sobre la distancia, 2018)

*

Se sienta a escribir y le parece un acto biológico, funcional, calamitoso a veces. Ha vivido leyendo cuerpos engarzados, curvos, amotinados como el abecedario de su idioma, y los ha visto así, encorvados, enclaustrados, desgarbados desde antes del corte. Piensa que puede ver mejor a través de los trazos hechos a mano que entre encuadres digitados, porque una línea la recorre y puede traspasarla como a un fino cristal. Se aferra a la grafía como a un hilo vital que se va estirando mientras se la descifra, filo que va cercenando mientras germina.

(De El margen del cuerpo, 2008)

*

Aquí
cerquita de mí
quiero que te sientes
quiero que te sientes y me des agua
quiero que me pongas las gotas de agua
con el dedo
en la cara
en la herida roja
que maquillo para despistar
a las demás
cerquita así de cerca
siéntate y lámeme la frente
la mejilla el mentón
con el agua simula mi sudor
el agua lo cura todo
así dicen
pásame el contorno de tu dedo húmedo
por el bosquejo de una cara
que todavía no termino
por eso ven aquí
cerquita de mí
no me dejes sola con este cuerpo que no me lo puedo
no comprendo morir cargando un cuerpo que no reconozco
menos un rostro seco que se vacía por dentro
un rostro sediento que se reduce
a una sola dislocación
tan árido como incierto
tan deshabilitado
como solo
frente a un dedo borracho como el tuyo
que se resiste
se niega y miente el surco

*

Abandóname con mi desperdiciado rostro
junto a este desierto de frente reseco y abierto

*

Costó reconocerme
olvidar ese martillo
enterrado en la pared de la sala
esa loza trizada
en el tacho y olvidada
junto a años encostrados
que embalaste y dejaste afuera
con la esperanza de que alguien
se los llevara

*

Te escabulliste conmigo
para alejarme de mí
vámonos de ti lo antes posible
me dijiste
vámonos a beber
mientras se desarma la tarde
y mi lenguaje agobiado yace en el más completo
desorden e imprecisión

*

Aprendí a escribirme el rostro
aprendí a raspar el ceño
aprendí a mirarme
como tachadura
que aguanta el trazo
cuando pasa

*

En el atasco de ser
la que no se borra

*

Sin proponérmelo vino
el boicot de mí misma:
no escribas de ti
pero la sangre que envenena
dice lo contrario
fría y pesada por el cuerpo
como la alargada lengua fetiche
gritando y maldiciendo que sí
que escriba
que recuerde
otra mirada así

*

Me haría pasar en limpio esta enfermedad
de rayarme y usarme
cuando soy nadie
y me abro y separo
según lo que acumula el silencio
porque no quiero que me aguanten
ya no quiero que me exhiban los cortes
pero no me hago decir no escribiré
oh cómo aprendo a morir
a no decir no escribiré

(De La velocidad de la caída, 2015)

 

 

Colaboraciones relacionadas

Comenta

Tu email no será publicado. Los campos marcados con * son obligatorios

Síguenos por redes

Nos encuentras

Proyecto mARTadero | 27 de Agosto con Ollantay | Cochabamba - Bolivia

+591-4-4588778

laubreamarga@martadero.org