Farmacia Deleuze: un organismo de palabras.
Por Daniel Rojas Pachas
La ciudad y sus conceptos,
la enfermedad y sus metáforas.
Desde los epígrafes de Farmacia Deleuze, Ricardo Espinaza establece una relación entre enfermedad, territorio y escritura.
En un ejercicio epigramático el autor traza un mapa de lecturas, y las palabras de Deleuze, Byung-Chul Han, Foster Wallace, Gonzalo Millán y Rosamel del Valle se cruzan estableciendo un umbral, en que el lenguaje se plantea como un virus, tal como señaló William Burroughs.
El poemario irá ahondando en los nexos gramma, cuerpo, memoria y educación sentimental a través de referencias a autores clásicos como Ovidio, Horacio, Catulo, Lucano, Virgilio, Marcial y otros igual de clásicos, pero más contemporáneos como Borges, Mallarmé, Wittgenstein, Vallejo y desde luego Beckett. Con este último se establece un diálogo que da vida a uno de los mejores fragmentos del poemario y que quizá compendia parte del espíritu de la obra.
La alusión al poema Serena II del irlandés a través del verso «esta tierra clónica» y la imagen de las crías de cisne que caen a un pantano, se convierten en la voz de Espinaza, en pedazos de cerebro y crías, que más bien son ideas que comunican con la memoria: un hotel, otra ciudad, quizá en otro hemisferio y la reconstrucción minuciosa y delicada del trabajo creativo, clínico/clónico, que da vida a un espacio en el poema o en una pieza de tango.
El libro se va edificando a partir de estas alusiones y elusiones que el lector recoge en ese discurrir, los espejos, habitaciones vacías, ciudades amuralladas, ríos y todo como un vendaval o ciclón, nos lleva por conceptos que se van resquebrajando y en el fragmento que queda, se establecen nuevas relaciones que ya no requieren del material original, pues remiten a otros centros.
ARENAL ARTIFICIAL
BAUTISMAL BESTIAL BRUMAL
BRUTAL CABEZAL CACAL CAL
CAPITAL CARNAL CARNAVAL
CASUAL CAUDAL
CONCEPTUAL CORAL
CORPORAL CRIMINAL CUAL
CHAL DESIGUAL DIALOGAL
DIFERENCIAL ELEMENTAL
ESPIRAL ESPIRITUAL
EXPERIMENTAL
EXTEMPORAL FACIAL
FARMACIAL FATAL FECAL
FILOSOFAL FLUVIAL FOSAL
FUNERAL GRAMATICAL
GREDAL GUTURAL HABITUAL
HIPAL HOSPITAL HUMANAL
HUMEDAL ILEGAL
IMPERSONAL INDIVIDUAL
INFERNAL INFORMAL
Esta praxis del lenguaje se verifica en un terreno que remite a las impresiones de paso que llega a tener el sujeto de la enunciación: Concepción, ciertos olores, humedad, pantano-ciclón, barro y ríos las cuales remiten inevitablemente al campo semántico de la enfermedad: boticario, fármaco, síntoma, medicamento, comatoso. Como dice el autor: «Lenguaje y farmacia y ciudad». Podría inferirse que nuestro cuerpo-memoria es a fin de cuentas un devenir por arquitecturas, signos y enfermedades que vamos experimentando, al punto que biblioteca y museo, cementerio y farmacia se mixturan y sus fronteras se difuminan, pues «la escritura se ahonda como un microbio en la tuya piel de los insectos; como lombrices camuflando órganos en el asunto del pensamiento, del silencio».
El poemario Farmacia Deleuze se inscribe dentro de una tradición de obras chilenas que han abordado el nodo literatura-enfermedad, por ejemplo Diario de muerte de Enrique Lihn, Veneno de Escorpión Azul de Gonzalo Millán y Poemas Renales de Jorge Torres, sin embargo, hay que destacar que el texto de Espinaza no ahonda precisamente en la situación del sujeto agónico, tampoco problematiza la relación del hablante con la muerte, el texto ingresa a los meandros de la palabra y su descomposición, mostrando una mente que atraviesa los derroteros de la memoria, dando cuenta que belleza y enfermedad, creación y dolor se entrelazan, exponiendo más que un logos, un texto que fluye como un río y al cual el lector es arrojado, presto a confrontar un delirante conjunto y trayecto de semas que se van encadenando, para dar forma a un organismo de palabras que sufre y expone su ethos y pathos.