Amanda Priscila Pazmiño Torres (Quito, 1993). Estudió Comunicación y Literatura en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Maestrante en Estudios de la cultura en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito. Profesora de Literatura y de Lengua inglesa. Embajadora cultural en la FIL Lima, 2012. Primer premio del Slam de Poesía «No bombardeen Guayaquil» en la FIL Gye, 2012 y tercera mención en el VI Festival Internacional de Poesía “Ileana Espinel Cedeño” 2013. Participaciones: FIL de Lima (2012), FIL de Guayaquil (2012 y 2018), Festival de Poesía “Ileana Espinel Cedeño” (2013-2018), FIL de Quito (2014), Desembarco poético (2016), II Festival de Poesía de Quito “Lectura de un Kaníbal Urbano” (2017), Festival La Otra Orilla en Guayaquil (2018), Libre Libro en la Universidad de las Artes, Guayaquil (2019).
Antologada en:
-Memorias del Festival Internacional de Poesía Ileana Espinel Cedeño, 2013-1028
-Metáforas de un cuerpo, Editorial Dadaif, 2014
-8 poetas ahorita, trabajo conjunto de las editoriales Amaru Cartonera, Dadaif y Camareta Cartonera, 2014
-Poesía joven de Ecuador (1985-1995) en la plataforma web de poesía hispanohablante Círculo de poesía, realizada
por Abel Ochoa Suárez, 2014
-Premio y publicación de la plaqueta Recorrido de abismo, de la 1° Convocatoria de poesía de Editorial Despertar, 2017.
-Alma adentro, poetas ecuatorianas premiadas, Editorial El Conejo, 2018.
–Cigar City Poetry Journal – Poesía de las Américas, 2018
-Andrea Alejandro Freire (Ecuador)
-Yuliana Ortiz Ruano (Ecuador)
-Agustín Guambo (Ecuador)
-Melanie Moreira Abad (Ecuador)
-Laura Nivela (Ecuador)
Amanda Priscila Pazmiño Torres
CIUDAD SIN VELO
La fuerza del sol se anuncia como una carcajada sobre el cemento/ lo sórdido ha logrado dislocarte/ te reconstruirás después/ llevas la metrópolis y la ruina en la retina/ simultáneamente, de ella te libras/ los papeles se invierten/ la ciudad camina por tu espalda/ busca tu nuca/ nuca vertical de secretos y tacto en delirio de neón fosforescente/ se enrosca en tu cuello/ te inventa un destino/ lo susurra en tu oído/ ipso facto, caen uno por uno tus pecados/ la ciudad los borra con sus manos-flor-de-guayacán/ te invita a sentir el viento en el malecón al pie del río/ amanece/ no haces más que verla sin transeúntes mientras el cielo nace/ te fumas la inutilidad de las ideologías/ juegas a sostener el sol con tus dedos/ juras que la felicidad es eso/la libertad de la luz, despacio, te enceguece/ bendita la ausencia de nubes que enriquece tu mirada y la purifica/ protagonizas una gloria antigua/ sin miedo, lees la ciudad en un pacto definitivo/ amas el último fuego de la acendra/ claudicas al engaño/ eres.
(De Poesía joven de Ecuador [1985-1995] – Círculo de Poesía)
Constitución del beso, afuera la ciudad
Trazados piratas perdidos en orillas de tu boca
para ser encontrados elevan columnas de fuego
debajo de tu lengua.
[Cuando digo lengua su consecuencia es la espiral:
la negación bilateral de la estática]
Son hallados por una tripulación órfica de féminas
que trascienden otros mares.
Afuera, una por una se apilan verdades cruciales
como el estrépito proteico de la ciudad.
Ciudad dinámica y perpetua.
Ciudad de risa sabrosa y afrenta.
Ciudad de cal y sueños de naranja líquida.
Reactivada la ecuación el caos
la avenida nueve de octubre
se abre
con todas las fauces del delito
y la olvidada castidad de la paloma
en media plaza.
(De Metáforas de un cuerpo, Dadaif, 2014)
Llano llanto y un abrazo
Surge agua desde la tierra
hasta acoplarse a tus raíces de sal
La invocación del dolor conoce de carencias
el camino trazado rescinde en lagrimales
Los hombres lloran
para mezclar sus plegarias con la lluvia
hasta desprenderse de armaduras
Orgánico
el ciclo del llanto se repliega en sí mismo
y se interrumpe inmediatamente
al sentir el calor de otro cuerpo.
(De 8 poetas ahorita, Dadaif, Amaru y Camareta Cartonera, 2014)
Canto Primero
El espíritu hembra labra el rostro de la manada
sobrevive a la muerte
desmorona puertas macizas con cascadas de palabras
anuncia verdades líricas del tamaño de los astros
desafía las caras de la muerte y el dolor
multiplicada por la fuerza de la sangre.
Renacido el espíritu hembra
de matriz amplificada y coherencia,
tiene claro decir: fue suficiente,
se acabaron ya las falsas profecías
el olvido ante la muerte de nuestras hermanas,
la ingrata indiferencia,
la vitrina, los dioses de barro,
sencillamente
nuestra voluntad de ría amanece
el tiempo dicta la mejor de las lecciones:
sin amor entre hermanas, nos hundimos;
sin certezas, nuestro alma palidece;
sin voluntad, la tumba es cercana;
sin arte, no tendríamos oxígeno;
sin noche, no seríamos Afrodita,
sin dogmas, creamos arte;
sin dolor, sentimos paz;
sin opresión, cantamos alto
y libres pintamos calma con nuestro verbo
cabalgamos en mansos corceles blancos
para cruzar las puertas del infierno.
Inventamos la ternura
para rescatar soledades del abismo.
Pintamos el cielo y parimos el atardecer,
nuestro vientre fundó la categoría estética de la belleza.
Somos el rayo en la mirada
lo hemos comprendido todo
ya no existe el miedo.
(De Alma adentro, Editorial El Conejo, 2018)
Antes del sol caerán las máscaras
I
Maldigo la simulación del espejismo que en principio clama la cicuta
en el nombre de dios
y deposita flores muertas en un vientre de luz
infatuando el ramaje de su estirpe podrida
que ahora llamaremos vacío.
Departo el silencio del cristo trágico sobre todo crimen germinado en su nombre
y a sus marcas de luz torcida
las desprendo como a las flechas reventadas en los jabalíes de su acequia.
Desnacido el verbo que lo baña se aplasta simétricamente en el viento
es un anticipo de su última caída.
II
La interpretación de la palabra es mi libre albedrío
desmantelando el destino que nunca ha habitado nuestros cuerpos
está prohibido olvidar la desnudez
de omóplato a omóplato el epitafio zarpa:
hemos venido a liberar belleza sobre los candelabros rotos
hemos venido a purificar lo único que ruge al borde de la tierra.
(De Cigar City Poetry Journal – Poesía de las Américas, 2018)
.A.A.A.A.
[Solo por esta noche habitaré una carta de amor que todo lo consuma, deberás saberlo… Luego, la calma dará un silencio de noche en vela, sin luna. Quiero que comprendas todo el barro y la soledad que cabe en una habitación de hotel: en una cabeza.]
Este no es un poema sobre semen, sangre y vida pariendo vida
Es cierto que el infierno son los otros
el acertijo está en cómo abrazas ese fuego y el tuyo
Es cierto que poco sabemos sobre el mañana.
Es cierto que hay deudas que nunca se pagarán.
Es cierto que la sociedad vulnera y descuartiza mujeres
desde el lenguaje con que las embiste hasta desfigurar su cuerpo
Es cierto que hablo por las voces de quienes se apagaron esta madrugada
La existencia toda danza por, para, en y desde el lenguaje
se dispara hacia la vida
como la acequia que decanta en lodo o en frutos al sol
La soledad como existencia también es un lenguaje
Sé que lloras con la cabeza hundida en la almohada por las madrugadas
Sé que sueñas y te abrazas a mi yugular en ese otro asunto de la vida
ahora sientes el peso de tu cuerpo en las manos que buscan latidos
Solo no te amarres el corazón, al menos no esta noche
No quiero que llores, amor,
en la mejor parte de la película,
en el desierto de tus batallas perdidas,
en los confines de esta cama
solo prepara la noche y su misterio en tu sonrisa
y el canto de una madre en tu mirada
en el latido de tu sangre
para que la vida sea amanecer
para que la vida sea el amor en donde nos sueño
en donde nos veo, en donde estamos,
totales ante la desnudez que es donde mejor podemos vernos
excepto ante el océano donde no estuvimos.
Bendigo al mundo cuando le llegue su último respiro
esa exhalación final en donde no estaremos
pero mucho antes te buscaré en la última estrofa de este poema
que empieza en la 9 de octubre hasta la más distante de las estrellas
de la ciudad de la que poco a poco me despido
con toda la vida diciéndome ve y busca a quienes te han amado
ve y encuentra las raíces de este árbol inmenso fugaz e infinito
hasta que el amor sea lo único cierto.
Entonces camino hacia mi abuelo
hacia el recuerdo de mi abuelo
y las cosas adquieren colores no antes vistos
y las cosas toman formas parecidas al sol
y las cosas son un ave que busca mi pecho
y me digo que lograr un verso es silbar un pájaro
acto seguido, busco a mi madre
y beso sus manos y me ato a sus pies
entonces sé que mi abuelo también está conmigo
y veo a mi padre ante la música que siempre ha amado
y entiendo que la poesía
nunca fue un camino
sino un lugar de comunicación que no perece
escucho ‘Como si fuera un niño’ desde el departamento en La luz, bloque 33
hasta todas las horas que hemos viajado juntos
desde mis ancestros hacia la montaña o hacia el mar
con mis hermanas quienes son las mujeres que le dan sentido
a mi voz, a mi silueta y a mi camino.
Decía que este no es un poema sobre semen y sangre y vida pariendo vida,
pero es que para venir al mundo no hay otra vía.
(Fragmento de Para narrar la infamia en Revista Bichito, año 2, n-4, 2019)
No hay nombre para el fuego que se da sin tregua
Madre es quien te fractura el cráneo
con una palabra
o con un beso
quizá nadie conocerá
tan cabalmente
las ruinas de tu pasado
presente y futuro.
Nadie más podrá señalar su vientre
diciendo
aquí tu hogar
aquí mi sangre corriendo por tus venas
aquí mi feracidad caníbal
[huye sin profecía]
Me pregunto ahora
-a solas y sin miedo-
cómo puede alguien olvidar
un cataclismo tan hondo
como su risa
o su llanto
cómo se puede amar tanto
un hogar-territorio-alma
en la paradoja más cruda
donde la muerte era
un horror posible
la corrosión de nuestros cuerpos
y la realidad parda
de vivir libre y presa
al golpe del silencio
en un vientre salino.
Soy un lenguaje
que ha burlado la muerte
a través de ti, madre
y no sé arrepentirme.
(De Antología de poemas dedicados a la madre, Liberoamérica, 2019)
Hacer paisaje
Desconocerse
afinar el ojo animal
derribar el cálculo
dibujar el tacto y calibrarlo
hundir las manos en la tierra
hasta que deje de doler la herida
para que el tiempo acendre toda grieta de luz
¿en qué momento deja de existir un cuerpo?
en el olvido de la sangre, quizá
en el obsceno juego del olvido
aquí no hay fórmula ni respuesta solamente
aquí hay piedras talladas por la agonía del tiempo cubriendo sus
rostros
aquí hay algo apenas menos infame que el polvo cuajado en la piel
de quien nunca ha llorado bajo las estrellas
aquí suena la voz del río
el Mapocho, el Cauca, el Aguarico y el Parahuaico
ruge la vida
aquí se levantan nubes tóxicas en la ciudad perforada
por una moneda y papeles verdes hinchados de ficción
que niegan la sanación que habita en los hijos de cada árbol
esto no es más que un signo produciendo realidad a través del
lenguaje imaginado de un cuerpo inmenso como el cielo
que no se vence y resplandece en la verdad de cada naufragio
como un animal de fuego alucinado por su propia incandescencia
a punto de fundirse en el rocío bajo el sol.
(Inédito, 2019)
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