Valdivia en 1981. Profesora de Lengua Castellana y Magíster en Literatura Chilena y Latinoamericana. Sus poemas aparecen en diversas antologías de poesía del Sur de Chile. Actualmente vive en Santiago de Chile donde ejerce la docencia.
-Sebastián Figueroa (Chile)
-Rosabetty Muñoz (Chile)
-Mariela Malhue (Chile)
-Juan Huenán (Chile)
Cristina Bravo Montecinos
«No sé escribir. Hago jardines»
Guadalupe Santa Cruz
I
en qué lengua esperabas la consagración del invierno
como una fruta recién partida tu nariz en el follaje despierta
envuelta bajo un patio reciente la hierba no detuvo el curso de la aguas
bebo y pierdo
si mi bosque todavía tras su follaje transfigurado
en este huerto narcótico envuelve
y tu boca entre la hierba parlotea
empapada la pronuncias
cuando la niebla nos husmea en este jardín
II
en qué lengua esperabas la consagración del invierno
si ciega se busca a sí misma
dónde estabas esa tarde dónde
si los canastos pesaban
y pronto recordarías tus viajes y el ocio
más triste que increíble
cuando sólo éramos capaces de buscarnos
aullar afuera del vientre
III
Silbamos durante treinta años en jarritos de greda
a veces tu manojo de cilantro cobra una relevancia desmedida
comencé a despercudirme de tu reinado
pero insististe en tu cabellera larga su bálsamo
esta es tu casa figúrate
la profesora destacó el lugar de mis acentos
erase una vez una radiografía en medio del jardín
dónde su huerta
me puse malita con alevosía grave
te colgué en cada página madre
pero si ella tiene un abrigo más lindo
agudo coro el de las viejas en todos los florines
dónde entera la noche su desvergüenza
los latidos con todas sus chucherías
le vestimos la fachada
a escasos metros de distancia
desprendidas en el afán
el propósito era una repetición de la corriente flores de interior
caído el fruto el afán de mi rostro por los costados
apenas la noche
en el pasaje nos conocimos villanas las panderetas
esa tarde lloverá no es seguro
pero lloverá si te lo contara con detalles
lloverá la tarde se está descolgando con sus propósitos
IV
de veras el vozarrón que me armaste era
como esa vez antes del vaivén y yo todavía
aguante el despilfarro y la ceguera
sólo por la boca si tu fiebre a ratos
más allá de la fauna sus extremidades
quedamos de juntarnos en la estación
allá donde dibujamos nuestros modos climáticos
V
forma asombro si te he visto
dime a lo menos de una vez por todas
época siniestra
coloreados los síntomas lujuria y fin de siglo
el idioma floral
ay te quedaron ay te quedaron te quedaron ay
y no me creas esta obsesión
con sueño ablande el seso mamita me prometió al almuerzo
sé cuánto te gusta lo dulce
sé cuánto te gusta a la hora del té
ojalá un lenguaje de hebras parques cerezos floridos y literatura oriental
era como cada vez que aparecía un manantial o de ocasión lobos marinos
y era como esa vez antes del vaivén y yo todavía
me dejaba en el índice de tu biografía con lengua incisiva
a las fracturas expuestas suturas
me la sacaste de adentro en qué forma supuse una eventual despedida
un racimo de lo mismo pero éramos otras
abuela canta y sus frituras cubren la fachada
de manera que nos fuimos soñando
siempre un jardín de fondo
la insistencia como si fuesen mordeduras
apoyamos la cabeza en el hombro
tu aroma no era simplemente una jerga de acequias
me dio algo así
cabeza de magnolio en su curva desliz lo soñaste aquella vez
a centímetros de la niebla
tu carita recitaban las más pequeñas
la ventana se abría curva y sendero
a propósito de una lengua extinguiéndose
a propósito de una coordenada sin territorio
a ciegas por el humedal tu mejilla
y sólo éramos capaces de buscarnos
VI
Las huidas cuando un nombre se deshace
el ungüento con que mi abuela sobre el pecho la fiebre
una mano otra mano
su aroma a azúcar quemada deliro
si no fuera por sus besos todos en mi cuerpo su manto
sin embargo este terror a teorías impracticables el vaivén
por supuesto estaba atenta a los movimientos
en qué lengua esperabas la consagración del invierno
con arrebato mi cabellera se extendía moras sobre la ropa
mi nombre te suena quizá
entre los árboles copa a copa
sólo si la embriaguez
que no quiero verla
temías quedar atrapada entre la lluvia
que no quiero verla
y sólo éramos capaces de buscarnos
un amuleto de trazos su disfraz al afán con que te figuro
este es tu cuarto recados afiches
obsesión barroca celdas sonetos
si no fuera por sus besos todos en mi cuerpo sus besos
procesión y mermelada de moras todas las mañanas
acto seguido
la insistencia con que mi madre bebía aquellos ulmos quemándose
prenda viva dónde como si toda mi genealogía
hecha de murta con membrillo
dejé a un lado mi labor otras eran mi ganas
un calco de tu mentón en la bruma
te fuiste aclarando vino y harina y fuego
figúrate la lumbre tu cabellera de otros siglos
cuando rellenamos unos pimientos con toda la malicia posible
recuerdas el crujir de los cardos?
jugamos con insistencia
y me dije a mí misma malita como si esta fiebre
allá lejos tu brazo torcido rodeando mi cuello
dejé a un lado el hambre
si sólo esta sed me hubieses visto
traducir los restos de tu cuerpo en la copa en qué lengua
los restos de mis restos
dónde
VII
rodea en la Quebrada la Enredadera
la tuve por amada salía el sol temblando
me dejé por ternura andina me parecía a ratos contenida
y yo por si acaso dejaba la avalancha de esta historia
a mi sur le tentaba
a su crónica y gemido
se me iba en las desembocaduras
y ahí estaban los sin embargo
le tenía una fe como si de apariciones se tratara
me vestí de empeño y porfía
me rodeaba en sus laderas
riachuelo estaba a punto del desastre
el Monzón de abuela heredado
sus trombas sus Nieblas
se fue muy difusa y reclamando
mi boca no sé qué oía una lengua arrebatada
todavía su tallo y mis desvelos
hasta que nos alejamos de provincia las peleas de gallos
ramas cocidas rodeando la cerámica
le peinamos la cresta incluso habitaciones vacías
si la vieras otra vez fabulando su rostro carnaval
su lenguaje por decir no a mi crónica
apretar el botón de dicha dijiste
pero de eso tantos años
de un calabozo a otra patria
cómo contener el significado
cómo el gesto se atreve a arrancar la cartografía
y yo le tenía una fe como si de apariciones se tratara
como entremedio del rosal la boca suya
arrebatada la carne tentando se oía
hierbajos de abundancia
no fue en vano amortiguar la pasionaria
si la amargura materna calman
otra ladera sus rodillas hincaban
por orden de aparición mis estampitas colgaban
y sus uñitas perniciosas las besaba
como un deseo y montegrande lo que hicimos
me sacudía un mandato
página y vísceras
si pregunto cómo al buen día y niego la letra
la región me parece un truco un silabario negro
muerte a la lengua he dejado el llanto y su occidente
roca la mía se la fue tomando a pecho
las brujas apagando se fueron
sin embargo yo te tengo una fe
diestra en la rayuela estabas sin apetito
cuál aroma
cuál tribu
y tenías tanto apuro de ciudad
oí decir que tu abuela y su festín en los cerezos
te nombraste salvación y misa dominical
te jugué la lotería y mi mesada
será que mi infancia es huerto espejeado
flores insectos colillas golletes
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