
Laura Montes Romera (Granada, 1996) es graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, misma universidad en la que actualmente está realizando una tesis sobre poesía latinoamericana contemporánea con un contrato predoctoral. Ha participado en recitales de poesía en Granada (España) y en la Feria Internacional del Libro de La Paz (Bolivia). En abril de 2023 ha publicado su primer libro de poemas, con el que se inaugura la nueva colección de poesía Mundana de la editorial española Cuadernos del Vigía.
- Un altar caliente (Cuadernos del Vigía, 2023)
- María Elena Higueruelo (España)
- Rosa Berbel (España)
- Carlos Catena Cózar (España)
- Erika Martínez (España)
- Olalla Castro (España)
- Juan Andrés García Román (España)
Laura Montes Romera
Alzamos el cuello y lo torcemos para ver
dibujos bajo los balcones
son figuras que recuerdan al poema
aún no escrito
sobre la pregunta del grial
Están hechos para que los miremos con esfuerzo
El dolor vuelve comprensible
la posición del mosaico
Si nos damos la mano
algo confluye
el Relato que caerá
nuestra historia de amor.
La polilla voló hasta la boca
de billetes
Estuvo quieta un buen rato
sobre el borde
Mientras sonaban las teclas de mi contraseña
nos miramos
dentro un montón de aleteos
(sus ojos el sonido
la boca llena de polillas)
Hacia fuera los billetes de diez
y con paciencia sus patas
hacia dentro
Estuve girando alrededor
absorta en su cadáver
Multitud de aleteos
que hacen corazón
calor de una luz de cajero activo
alguna noche o mañana
cualquiera.
Una familia de ovejas se precipita
en el desfiladero
La tierra se las traga y luce
su pelaje
como hierba recién nacida
Así voy cayendo entre parientes:
con rabia
empezando a ser otra cosa.
En estas fechas el cementerio se ha llenado
de flores y coronas
que colocan las mujeres
con cuidado manual
Hace frío
y ellas trabajan
sobre el mármol o los tallos descoloridos
Nunca dejan de mirar las fotografías
bajo un cielo muy abierto y muy azul
Vuelve la vista
¿No parecen más amables
más nítidas?
Un pueblo fotográfico
Sus esquinas brillan
los matorrales crecen
Atlas de los abrazos más honestos
que nos hemos dado nosotras.
Le grito al salmón
¡No siento nada!
¡Mi cabeza no será nunca un reposo
para tus criaturas recién nacidas!
Y no me escucha
Cualquier intento por
evitar la cuestión del poema
por qué me castiga
el padre de mis sueños
es un cadáver flotante.
Giran sobre sí
las cintas de encaje
abriendo un pasadizo que no
deja de brillar
Y si metiera un dedo o dos
si introdujera mi cuerpo
en agua o en satén
Arrojo basura a un pozo:
el horizonte
de las flores
la dirección de mis ojos
y no de todas las cosas
Como las cintas solo envuelven
un recoveco de escenas posibles
un trozo de futuro
que aquí se evapora
un arriba sofocante.
Que suban con los pies descalzos
a toda prisa
Que el aire confirme sus cuerpos
y puedan agarrar la gran cuerda
tocarla
mecerla juntos
tenazmente
Y vibren sus oídos
como se mueve un gusano
en el pulmón de quien respira.
De ti solo
me interesa tu forma
cuerpo perfecto como borde
Sola en esta esquina
del paseo
no tengo dolores o sueño
Cientos de alambres se desploman
En algún lugar
abren las fibras del romance
Danza de mis cosas
aspiro siempre a una caída
¿Quién no espera un golpe de gracia
que eleve sus páramos?





Comenta