Entrevista a Jessica Freudenthal | Bolivia

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Jessica Freudenthal

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Ha estudiado literatura en la Universidad Autónoma de Madrid, en la Universidad Complutense de Madrid, en la Universidad Mayor de San Andrés y en la Universidad Católica Boliviana. Actualmente imparte clases de literatura y guión cinematográfico.

Hardware (Mención de Honor Premio Nacional de Poesía «Yolanda Bedregal», Plural, 2004)
Poemas Ocultos (Yerba Mala Cartonera, 2006)
Julio de la Vega: Obra Poética (En ensayo y trabajos de recopilación, Gente Común/UMSA, 2008)
Hardware. Segunda edición corregida y aumentada (Plural, 2009)
Hardware (Santa Muerte Cartonera, México, 2009)
Cambio Climático: panorama de la joven poesía boliviana (junto a B. Chávez y J.C.R. Quiroga, Ediciones Patiño, 2009)
Demo (Plural, 2013)
El filo de las hojas (Editorial 3600, 2015)

-Humberto Quino (Bolivia)
-Mónica Velásquez (Bolivia)
-Marco Sainz (Bolivia)

 

 

JESSICA FREUDENTHAL

 

 

– Eres una autora que se toma el tiempo que considere necesario entre una publicación y otra. ¿Cómo vives este proceso? ¿Cuál es tu relación con la inmediatez actual frente a la publicación?

Cada obra demanda su tiempo y ritmo interno. Es la propia obra la que mide eso, yo no lo controlo muy conscientemente. Por ejemplo entre Hardware y Demo hay otro libro, el filo de las hojas, que comencé a escribir el 2005. Sin embargo en el proceso comencé a escribir Demo el 2009, y este último demandó ser publicado rápidamente por la coyuntura.
La publicación no es algo que priorice. Disfruto el proceso de hechura de un libro, lo disfruto mucho más que la parte de publicación y actos públicos. Lo que sí considero necesario e inmediato es probar los textos oralmente. Cuando estoy en proceso de escribir un poema o un libro de poemas, me gusta leerlos en actos públicos aunque estén en revisión, pues es justamente en la lectura en voz alta y frente al público que un texto adquiere su verdadera dimensión.

– Tu último trabajo tiene una clara lectura política. ¿Por qué decidiste abordar esta temática? Qué significa para tí ser una poeta boliviana? Qué significa para ti apellidar Freudenthal Ovando?

Decidí abordar el tema político porque Bolivia vivía, y todavía vive, un proceso de transición, de cambios. Esos cambios nos afectan a todos. En mi caso recuperaron un antiguo cuestionamiento interno sobre mi identidad. Nacida en Madrid, España, criada en Bolivia por padres bolivianos, de apellido judío alemán… Es complicado no cuestionarse temas como la identidad. Para mí, apellidar Freudenthal Ovando significa reconocer que formo parte de una constelación, de un árbol complejo, como todos los árboles familiares. Significa reconocer que soy una más en el mundo con nombres y apellidos, y que hay historias que me precedieron y que en parte me han hecho ser quien soy.
Freudenthal y Ovando son palabras inventadas, como lo son mis otros apellidos Rea y Omiste. Conforman una cadena de generaciones, de secretos, de vivencias, de historias. Los apellidos como tal no significan mucho, lo que les da significado son las vivencias de mis familiares, quienes les fueron dando distintos sentidos.

-Acabas de publicar un nuevo trabajo con cambio de editorial incluido. ¿Qué sucedió ahí? ¿Cuáles son las razones de esta mudanza?

Tenía ganas de probar otra editorial. Con Plural siempre hemos tenido una buena relación, sin embargo nunca tengo acceso a la cantidad de libros que necesito, o por ejemplo Hardware, agotado hace varios años, no ha podido ser reeditado, no entiendo por qué razón, supongo que económica. Pero en realidad la “mudanza” es por el deseo de probar otras líneas editoriales y formas de trabajo que hay en el país.
La edición que acaba de aparecer con 3600 es muy pequeña, pero esta editorial ha apostado por los poetas, y creo que es necesario apoyar estos nuevos emprendimientos.

– ¿De qué tema no hablarías en tus libros?

No lo sé. Hay temas que no me gustan o que desconozco, pero siempre se puede trabajar a través de la ironía, el humor negro y las malas palabras. Todos los temas se pueden intervenir con el lenguaje.
Estoy pensando hacer un poemario de ciencia ficción, también he pensado hablar de la maternidad. En mi libro Árbol, que está en proceso, hablaré por ejemplo de la familia y la maternidad, temas que jamás pensé abordar.

– Es reconocido tu trabajo con jóvenes y niños. ¿Cuál piensas que es el verdadero aporte de la lectura en nuestra vida? ¿Cómo ves el interés por parte de los chicos frente a la literatura?

La lectura y la escritura permiten a la imaginación volar. Parece una frase cliché, pero la lectura nos hace libres, nos muestra perspectivas distintas a las nuestras y mundos posibles.
Los chicos y chicas se interesan por la literatura si hay un buen mediador. Por ejemplo, para el cine el mediador es la super sala, con los super efectos de sonido, los caramelos y las tiendas. Un libro necesita de alguien: el Estado, la familia, la escuela, las editoriales, que medien por ellos, que muestren la riqueza que habita en ellos.
Como profesora  de secundaria he visto a los estudiantes apasionarse por las obras de Lorca, de Akutagawa, de Calvino, de Sáenz. He visto que ellos y ellas se han identificado con los personajes, o han reflexionado sobre el suicidio, o en Esperando a Godot han discutido sobre lo absurdo de nuestras existencias. Los he visto debatir ardientemente sobre un poema de José Emilio Pacheco que plantea que el mundo es un circo lleno de bestias, y he visto defender sus posiciones con pasión. Los he visto entristecerse por la brutalidad de las imágenes de Augusto Céspedes sobre la Guerra del Chaco. Y a los niños de 10 a 12 años los he visto en los talleres de poesía vibrar con Wiethücther, Mitre, Cerruto. Con un mediador, una metodología interesante y lúdica, con el acceso constante a la literatura, los niños y jóvenes responden a la lectura, se nutren y aprenden de ella.

-¿Qué libros no les recomendarías, ni a ellos ni a nosotros?

En todo libro hay algo de valor. Por ejemplo, en los libros de Coelho podemos aprender que esos son libros banales, superficiales, y que es no es literatura. Recomiendo leer, leer, leer. Y luego formar juicios críticos.

-¿Cuál piensas tú que es la principal debilidad de la poesía boliviana?

La gente que la escribe. La poesía boliviana no es débil en sí misma, son débiles los circuitos, las roscas, el apoyo editorial, las becas, los concursos, los propios poetas, los lectores…

– Y por último, ¿cuáles consideras que son los errores más recurrentes en tu obra?

Creo que no es algo que pueda responder yo. No sé si los críticos se encargan de encontrar “errores” tampoco. Creo que la debilidad de mi obra es siempre volver al mismo tema: la preocupación por el lenguaje. Tema pretencioso, autorreferencial, “posmoderno”, quisiera ser más simple, más sencilla, olvidarme de las cuestiones académicas y formales. Ser madre y estar embarazada me ayuda a ello. La escritura misma, cualquier acto  de escritura, se vuelve absurdo y nimio frente a la vida de un ser humano que crece y que con sus ojos te cuestiona cosas que ninguna palabra, ninguna palabra, servirá para responder.

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